Tandem Dogs

Cómo acostumbrar a tu perro al transportín

Acostumbrar a mi perro al transportín

La positivización del transportín nos permite conseguir que el perro entienda que se trata de un lugar seguro y positivo donde puede relajarse y descansar.

Hoy paso por aquí para hablarles sobre el transportín, una herramienta fantástica que nos será de gran ayuda en la educación de nuestro cachorro o perro adulto. Al transportín también se lo conoce como kennel, box o ¡caja mágica! como suelo llamarlo yo… No es más que un caja, con orificios de ventilación laterales y traseros acompañada de una puerta metálica frontal, superior o, en algunos casos, con ambas. El transportín es una herramienta obligatoria para poder viajar en avión con nuestro perro por ello es importante acostumbar a nuestro perro a él, pero, además, nos ofrece grandísimas ventajas en la vida diaria —en el próximo artículo hablaremos sobre las ventajas del transportín—.

Un ejemplo típico de transportín para perros medianos fabricado en plástico y con puerta de acero galvanizado.

¿Por dónde empiezo si quiero usar el transportín?

Para poder hacer uso del transportín, lo primero será comprarlo (evidentemente); si tenemos un cachorro, trataremos de estimar su talla de adulto para luego no tener que comprar otro; por el contrario, si el perro ya es adulto, buscaremos un transportín en el que el perro pueda darse la vuelta con la puerta cerrada y ponerse de pie sin que el lomo o la espalda toquen el techo. Una vez lo tenemos en casa, empezaremos a seguir los pasos que enumero a continuación.

Pasos recomendados

Dejo claro que existen muchas formas de positivizar el transportín, por lo que os muestro la forma en la que yo lo hago.

  1. Pon el transportin en un sitio cómodo y tranquilo en casa. Los perros suelen tener rincones favoritos, y estos son un sitio excelente donde ponerlos.
  2. Permite que tu perro se acerque, lo huela e investigue qué es eso nuevo que acabas de poner en su rincón preferido. Deja la puerta abierta: muchos perros muy seguros de sí mismos hasta tendrán «la osadía» de entrar en él desde el primer momento, si esto sucede, felicita y premia al perro ¡por ser un chico/a valiente!
  3. Una vez que tu perro se sienta seguro y no le incomode la presencia del transportín es el momento de empezar a depositar premios de comida dentro del mismo. A mí me gusta hacerlo un poco por sorpresa, es decir, que el perro no se de cuenta que he sido yo quien a puesto esas golosinas allí y que sea su nariz el que lo lleve hasta el interior del mismo. Una vez el perro está dentro del transportín seguiré felicitando y soltando premios dentro. Todo esto sin cerrar la puerta aún. Este paso lo repito varias veces al día y si el perro entra por sí solo siempre felicito y alabo su conducta.
  4. Ha llegado la hora de la cena o la comida y, como no podía ser de otra forma, nuestro perro recibe su bol o ración de comida dentro del kennel. Este paso lo repetimos al menos durante 3 días, es decir, el perro come y cena dentro de él (recordad que aún no cerramos la puerta).
  5. A partir del cuarto o quinto día seguimos con los pasos 3 y 4, pero ahora empezamos a cerrar la puerta por cortos periodos de tiempo e intentando que el perro al acabar de comer no se encuentre con la puerta cerrada aún. Este paso lo repetimos 3 o 4 días más.
  6. Una vez hemos conseguido que el perro entre al transportín con entusiasmo y seguridad seguimos dando las tomas de comida dentro del mismo, cerraremos la puerta y dejaremos que nuestro perro acabe de comer y se encuentre con la puerta cerrada, durante 30 segundos por ejemplo. Este tiempo debe ir aumentando paulatinamente en los días siguientes: 1 min, luego 3, luego 5; luego volvemos a 3. La idea es incrementar el tiempo poco a poco pero intercalando tiempos más cortos en el proceso.
  7. Es el momento de seguir con lo anterior pero entre comidas, durante el día o al volver del paseo, podemos hacer lo mismo ayudándonos con algún juguete interactivo tipo Kong o algún hueso. Los ofreceremos dentro del transportín y dejamos que disfrute de su manjar.
  8. Asimismo, podemos asociar una orden a la conducta de entrar al transportín, como «kennel», «a tu sitio», «caja», etcétera.

Siguiendo los pasos anteriores, vamos a tener rápidamente un perro perfectamente habituado al transportín al que poco a poco podemos dejar por espacios de tiempo en él, mientras salimos para hacer la compra o realizar tareas diarias en casa o en las que nuestro compañero/a no puede ir con nosotros. Podemos también trasladar el transportin al coche para dar un paseo de fin de semana por la montaña o la playa, esto ayuda a relacionar el transportin con viajes y excursiones divertidas.

La positivización del transportín nos permite conseguir que el perro entienda que se trata de un lugar seguro y positivo donde puede relajarse y descansar.

Importante recordar que…

Durante todo el proceso de habituación existen situaciones que debemos saber gestionar de forma correcta. Algunos consejos son:


© Copyright de la segunda fotografía: Dr. Fox Magazine

Salir de la versión móvil